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Earl “The Goat” Manigault es una leyenda del playground estadounidense. El famoso parque Rucker en Harlem asistió en la década de los 60 sobre todo a sus increíbles demostraciones que adquirieron el rango de leyenda. Como su famoso doble mate o el truco de recoger un billete colocado encima del tablero, todo ello desde unos limitados 1,85 m de estatura. Hasta aquí podría estar contándose la historia de un mito más o menos local, relacionado directamente con su entorno.

Pero si  alguien como Kareem Abdul-jabbar, ganador de 6 anillos NBA, máximo anotador histórico de la liga, 6 veces MVP o 19 veces all-star entre otros logros, te considera el mejor jugador que haya visto sobre una pista tu condición trasciende inmediatamente y te conviertes en un fenómeno universal. Este es el caso de Manigault.

Hasta aquí la explicación de porqué alguien podría interesarse por la historia de este personaje. Kareem pronunció estas declaraciones cuando se retiraba y poco tiempo después Manigault recibía el dinero que compraba los derechos para su salto a la gran pantalla. Un dinero que probablemente llegaba tarde para un hombre que por aquel entonces ya había pasado sus peores momentos.

Con estos ingredientes dentro de una historia con tintes muy dramáticos, no conviene olvidar que estamos ante una película y, como tal, debe ser valorada. La historia se asienta sobre tres pilares básicos, talento, caída y redención.

El film cuenta con la presencia de un jovencísimo Don Cheadle (visto recientemente en Iron Man 2 por ejemplo) como Manigault y actores más contrastados como Forest Whitaker o James Earl Jones, aparte de la aparición de Kareem o de otros jugadores interpretados por actores como Connie Hawkins, Earl Monroe o Wilt Chamberlain (interpretado por Kevin Garnett cuando aún era un joven estudiante de instituto). Todos ellos dirigidos, también aparece en pantalla, por Eriq La Salle (el doctor Venton de la serie Urgencias).

El pequeño Earl crece en Harlem, en un entorno marcado por las drogas y la violencia. En medio de todo esto, el baloncesto con el parque Rucker como telón de fondo. Allí, las habilidades del chico no tardan en llamar la atención de los mayores y lo introducen en un terreno peligroso. La película elige centrarse en la vida personal de Manigault dejando el baloncesto en un segundo plano. No tardan en surgir problemas con las drogas y como consecuencia es expulsado del instituto.

El joven, con cierta ayuda, parece redirigir su vida en un colegio privado en Carolina del Norte, de hecho accede a la universidad pero allí surgirán nuevos problemas acabarán por devolverlo a Harlem. Aquí el film elige obviar el camino baloncestístico por completo y se centra en su definitiva caída a los infiernos, se engancha a la heroína, pasa repetidas veces por la cárcel y abandona a su hijo y a su mujer entre otros dramas.

Es de destacar que, a pesar de que lo que se está relatando sea bastante duro y los responsables pudieran cargar las tintas sobre el hecho del talento desaprovechado, no es así y se guarda siempre un celoso respeto sobre la figura de “The Goat”. Lo que le confiere un cierto aire de irrealidad, hay un cierto distanciamiento entre el realizador y lo que se cuenta, los juicios quedan a la elección de cada uno.

Una vez ha tocado fondo, emprende el camino de la redención, intenta recuperar el brillo que un día iluminó al parque que acogió sus gestas y decide dedicar su vida a que los jóvenes no repitan sus errores. Es lo que queda como enseñanza final, a modo de moraleja, la salvación es posible hasta para los que han caído más bajo.

La verdad es que como película para televisión que es no es nada excepcional, cumple su función de dar a conocer a la persona detrás del mito, pero sin alardes. El baloncesto es presentado siempre en segundo plano y tampoco se ve mucho más allá de un par de trucos más circenses que deportivos. Nada se dice de los famosos campeonatos que acogían a multitud de personas esperando verle o de cómo, en los malos momentos, realizaba sus famosos trucos por un puñado de dólares con los que financiar su dependencia. Al final, resulta más interesante como curiosidad que como película sobre baloncesto.

Fuente del texto: Basketblog.es
Agradecimientos: Basketblog.es y canal de http://www.youtube.com/user/nanoragi ( y a @homiemoe por pasarme el enlace !)


1 comentario:

  1. Imprescindible. Me he emocionado, desconocía por completo la historia. Nos quedan muchas lecciones que aprender hermanos.

    Mis respetos a La Cabra.

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